Atlético por la Gracia de Dios.

Quiero dedicar este blog a mi hermana pequeña Pilar, que está en el Tercer Anfiteatro del Calderón compartiendo grada con muchos de los nuestros. Va por ella. Va por ellos.

jueves, 18 de febrero de 2021

MUCHAS GRACIAS, ATLETI



Antes de intentar juntar unas cuantas palabras, desde este humilde casiblog me gustaría dedicar un recuerdo a todos los que nos están dejando durante esta pesadilla que no acaba de terminar. Muy especialmente, me gustaría recordar a tantos de los Nuestros que se nos están marchando, demasiado temprano, camino al Tercer Anfiteatro. Descansen todos ellos en paz.

También quiero mandar todo el ánimo del mundo a todos los Amigos que lo han pasado, o lo están pasando, francamente mal. A esos Amigos, que con su trabajo nos llenaron de alegría o nos hicieron la vida más fácil, nos va a tocar devolverles la sonrisa; porque con todos Ellos (hosteleros, taxistas, peluqueros, libreros, …) tenemos la obligación moral de volcarnos en la medida de nuestras posibilidades. Y lo haremos.

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Casi un año ha pasado desde que comenzó esta maldita desgracia. Todavía recuerdo salir del trabajo aquel día de marzo, viernes 13 (comedia romántica aquella saga, al lado de lo que se avecinaba), sin saber a ciencia cierta si el lunes podríamos volver al tajo. Cierto es que los colegios ya estaban cerrados desde el lunes, pero la gran mayoría se tomaba/nos tomábamos el improbable confinamiento como un pequeño receso de dos semanas. La situación no parecía muy alarmante, o así nos llegaba desde los que mandan y dicen saber. Además, el Atlético acababa de eliminar al Liverpool, por lo que podríamos afrontar con una sonrisa lo que viniera, ¡qué coño! O eso pensábamos.

El sábado la cosa empezó a tornarse inquietante y se hizo oficial la declaración del estado de alarma por parte del Consejo de Ministros, anunciado un día antes por el presidente del Gobierno. De tal manera, fuimos muchos lo que tuvimos que volver deprisa y corriendo a los puestos de trabajo para coger ordenadores y demás utensilios que nos permitieran trabajar desde casa (teletrabajo fue uno de los términos y situaciones con el que deberíamos familiarizarnos). También hubimos de salir a toda velocidad para cargar un poco más la cesta de la compra, principalmente con cervezas y saladitos para estar bien cómodos. En principio, ya lo hemos dicho, iban a ser solamente esas dos semanas; pero a medida que avanzaba el tiempo la situación se iba complicando cada vez más y no sería hasta el 25 de mayo cuando podríamos volver a la famosa nueva normalidad, que nos queda infinitamente lejos de lo que entendemos o entendíamos como normalidad.

Hasta ese 25 de mayo tuvimos tiempo para casi todo lo que no tenemos tiempo casi nunca. Conseguimos aburrirnos de limpiar la cocina, de ordenar armarios, de colocar libros y discos, de ver partidos históricos del Atlético, de la wifi, de compartir espacio 24/7 con convivientes y convivientas, de pasear a una hora determinada cual recluso peligroso en prisión de máxima seguridad, de comprar papel higiénico, de intentar hacer pan o bollería casera, de beber cerveza en el sofá, de los zooms (al principio, la novedad, muy graciosos; después, rutinarios y aburridos, ya que no había pasado absolutamente nada desde la última quedada), de escuchar la horrorosa Resistiré, de aplaudir a los que lo hacen bien, de aporrear cacerolas a los que lo hacen mal, …. También conseguimos cansarnos de no poder visitar a familiares y amigos, de ver pasar fiestas y cumpleaños de puntillas, de no poder salir a tomar un cafetito mañanero o una cerveza vespertina, de no tener perro, del chándal, ….

Más de dos meses fueron los que permanecimos confinados/encerrados en nuestros domicilios, cumpliendo la inmensa mayoría con las medidas que nos eran puestas o impuestas. Durante este período, las cifras de muertos fueron horripilantes, desmoralizantes (las de contagiados e ingresados en UCI también, pero nada impacta más que un deceso). Poco ayudó a mejorar la situación el desgobierno de los unos y la deslealtad de los otros. Como siempre, el que pagó/paga/pagará la cuenta fue/es/será el ciudadano; con el agravante de la factura inaceptable que hubieron de pagar demasiados de nuestros Mayores, a los que (casi) literalmente se abandonó. Lo que sí se disparó infinitamente fue la tristeza. Y sumidos en ella seguimos.

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Al grano.

Y en lo que a nuestra Vida se refiere, poco voy a contarles que ustedes no sepan. Fueron tres meses los que estuvimos sin Atlético de Madrid, tres meses sin la Sagrada Camiseta en una cancha. Nos despedíamos un 11 de marzo (o bien entrado el 12, para los que tuvimos el acierto de pedir el jueves) con una sufridísima clasificación en Anfield Road (partido que vimos en bucle durante las primeras semanas de confinamiento), para regresar un 14 de junio, a las 14:00, en San Mamés. Pero no nos engañemos; aun hoy somos muchos los que consideramos que seguimos sin fútbol. Y es que llevamos casi un año sin estar con la Familia en la Grada, sin una previa, sin un pospartido largo y tendido, sin poder abrazarnos con nuestra Gente (abrazarnos para celebrar un gol o para animarnos en la derrota). Y se nos sigue haciendo duro. Muy duro.

En estos nueve meses de nuevo futbol, hemos intentado matar el hambre de la mejor manera posible. Hemos podido bajar al bar (al habitual o al que tuvimos que buscar en nuestro lugar de vacaciones). Nos hemos juntado en casa (en número y horario variables, intentando seguir una normativa voluble y casi ininteligible) o en la Peña (Rock and Roll, las más de las veces, Alcobendas y Cheyenne de Almería tuvo el honor de visitar servidor de ustedes). Últimamente, incluso, por fin hemos podido asistir a partidos del Madrileño o del Femenino. Como me comentaba Juanma el otro día en el Cerro, nos ayuda a soportarlo, es nuestra metadona. Pero necesitamos más. Y lo peor no es esto, ni mucho menos; lo peor es no saber cuándo volveremos al Estadio y si, cuando volvamos, lo podremos hacer con total normalidad. Porque empezamos con que iban a ser dos semanas las que estaríamos sin poder ir al Metropolitano. Luego, que volveríamos hacia mediados de mayo. Pasaron a darnos septiembre como fecha límite. Finales de año. Marzo 2021. Y, para serles sinceros, firmaría volver para inicios de la 2021/2022. Y no lo veo claro.

En este tiempo tan nefasto, y es lo que venía a decirles, ¡tanto rollo para esto!, ha habido algo que ha funcionado, a Dios gracias; algo que nos ha sacado una sonrisa y, lo mejor de todo, una esperanza: el Atlético de Madrid. El día de partido siempre ha sido para nosotros un día de fiesta y así decidimos vivirlo en aquel partido de San Mamés o anoche en Valencia, en casa o en el bar; pero es que deportivamente ha sido espectacular: Una derrota en liga, tras ¡¡¡TREINTA Y TRES!!! partidos, deja bien a las claras que nuestra plantilla ha dado todo lo que ha podido y más para ayudarnos a soportar esta desgracia. No sé ustedes, yo me imagino estos nueve meses con un Atlético en modo Valencia, por ejemplo y con perdón, y me entra una angustia terrible. Por todo ello, e independientemente de lo que pase de aquí a final de temporada, creo que es de justicia dar las gracias a quién nos está proporcionado esta bendita tabla de salvación, esta vía de escape. 

MUCHAS GRACIAS, ATLETI. Quedamos en deuda.

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FORZA ATLETI SIEMPRE




8 comentarios:

Tomi Soprano dijo...

Sensacional, Don Pablo. Sencillamente sensacional.

Estamos en deuda con el Atleti, efectivamente. Aunque me da que esta segunda vuelta nos va terminar poniendo cachondos pero de verdad (cada partido que pasa, más tensión, más nervios, más miradas perdidas, más putos cigarros ... todo traducido finalmente en alegría y descontrol, pequeño descontrol que irá creciendo con el tiempo hasta vaya usted a saber dónde).

Dentro de lo triste de la situación en todo lo que nos relata, a mi, al menos, me ha servido para encontrarme mi pequeña/gran luz al final del túnel con usted y nuestros Hermanos, viendo el fútbol (todo el que puedo, al menos) en su inefable compañía en el no menos inefable Despacho. Y empiezo a tener hasta un poco ya de sentimiento de pertenencia con dicho lugar y todo (y eso que soy el último mono en realidad, como bien sabe).

Así que, si no le molesta, y aunque sé que no le va en exceso la algarabía pública en su nombre, permítame vos que también le de la gracias especialmente a usted. Por haberme invitado allí a ver los partidos como si de un pequeño Calderón se tratase (Despachium Calderonianum, como bien sabe que yo ya le he bautizado), por haberme dado la oportunidad de conocer cada día a más gente que, de no haber sido por tal circunstancia, es complicado que lo hubiese hecho, por lo bien que me lo paso siempre allí con ustedes, y por muchas más cosas que usted y yo ya sabemos ...

Fuerte Abrazo, Hermano. El sábado, más y mejor.

Toni dijo...

Pues nada a ver si con la competencia conseguimos culturizarnos un poco con dos blogueros con sangre rojiblanca en las venas. Enhorabuena a los dos.

Unknown dijo...

Sr. Mármol, a sus pies.
Un fuerte abrazo.

Juanma dijo...

Precioso, Pablo.
Que no nos falte el veneno del Atleti para soportar todo esto.
Un abrazo.
Juanma (Álamo, no el del Cerro)

Paul Marble dijo...

Muchas gracias, don Tomi. El sábado nos vemos en "el Calderón".
Un abrazo enorme.

Paul Marble dijo...

Muy amable, don Toni. Lo mío es ocasional.
Un abrazo.

Paul Marble dijo...

Le devuelvo el abrazo, don Unknown. Muy amable.

Paul Marble dijo...

Que no nos falte, don Juanma.
Un abrazo.